Un putito castigado es un putito en entrenamiento, es parte fundamental de su conversión a un puro objeto de placer y, además, es una de las actividades más divertidas para un Amo.
Por supuesto una sesión de Spanking puede ser un castigo ejemplar para una desobediencia del putito… o simplemente una forma de liberar estrés par el Macho, el punto siempre será cuando el Amo diga.
La instrucción es sencilla, el Amo no tiene porque avisarle al putito, simplemente con sentarse y ordenarle que se ponga sobre su rodilla es señal más que suficiente para que su sumiso sienta desde ahora como le queman las nalgas.
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Un buen Amo sabe que el spanking requiere ritmo, primero será con un cepillo de madera, el área es pequeña pero los golpes consistentes, los gemidos empiezan a salir, pero no serán suficiente.
Después las herramientas irán creciendo en área, los azotes serán más fuertes y las nalgas del putito se pondrán más rojas, los gemidos no decepcionan al Macho, quien tiene la verga dura y lista para ser deslechada.
El premio para el putito castigado
Si el putito acepta tu castigo y supera las expectativas, es común que el Macho considere darle un merecido premio que en este caso será permitirle chupar la verga que tanto le gusta.
Como buen Macho el ritmo de esa mamada será duro, le empujarán la cabeza hasta el fondo y su Amo hará que al final ni una gota de su preciado semen acaba en el suelo… todo dentro del putito.
